UNIDAD
VII. SISTEMA DIGESTIVO.
7.1 Describir el Sistema Digestivo.
7.2 Explicar las Funciones del Sistema Digestivo.
7.3 Explicar las características del Sistema
Digestivo.
UNIDAD VII
SISTEMA DIGESTIVO.
7.1 Describir el
Sistema Digestivo:
El
aparato digestivo es un conjunto de órganos, con glándulas asociadas. Se
encarga de transformar los alimentos en sustancias simples y fácilmente
utilizables por el organismo.
Desde
la boca hasta el ano, el tubo digestivo mide unos once metros de longitud. En
la boca ya empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos
y las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su descomposición química. Luego, el bolo
alimenticio cruza la faringe, sigue
por el esófago y llega al estómago,
una bolsa muscular de litro y medio de capacidad, en condiciones normales, cuya
mucosa segrega el potente jugo
gástrico, en el estómago, el alimento es agitado hasta convertirse en el quimo.
A la
salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino
delgado, de unos seis metros de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo.
En su primera porción o duodeno recibe secreciones de las glándulas
intestinales, la bilis y los jugos del páncreas.
Todas estas secreciones contienen una gran cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman
en sustancias solubles simples.
El tubo
digestivo continúa por el intestino
grueso, de algo más de metro y medio de longitud. Su porción final es el
recto, que termina en el ano, por donde se evacuan
al exterior los restos indigeribles de los alimentos.
También
puede decirse que el interior de estos órganos huecos está revestido por
una membrana llamada mucosa. La mucosa de la boca, el estómago y el intestino
delgado contiene glándulas diminutas que producen jugos que contribuyen a la
digestión de los alimentos. El tracto digestivo también contiene una capa
muscular suave que ayuda a transformar los alimentos y transportarlos a lo
largo del tubo. Otros dos órganos digestivos, el hígado y el páncreas, producen
jugos que llegan al intestino a través de pequeños tubos llamados conductos. La
vesícula biliar almacena los jugos digestivos del hígado hasta que son necesarios
en el intestino. Algunos componentes de los sistemas nervioso y circulatorio
también juegan un papel importante en el aparato digestivo.
Funcion del sistema digestivo.
-Prehension: Acto de asir algo, como cuando agarramos con la mano un
objeto.
-Masticación: Las Funciones del Sistema Craneomandibular son dos,
innatas y adquiridas, las cuales se subdividen en: Respiración, Succión,
Deglución, Masticación, Fonoarticulación.
Dentro de las funciones adquiridas tenemos la masticación, la
cual se caracteriza por ser condicionada, aprendida y automática. Los patrones
de movimiento masticatorio se desarrollan a partir de la erupción de los
dientes primarios. En el desarrollo de los patrones reflejos condicionados la
erupción de los dientes incisivos dan sentido de posición mandibular con lo
cual se logran contactos dentarios, gracias a esto se tienen los primeros
movimientos de masticación pero aun no coordinados. Luego con los
propioceptores, periodontales, de la mucosa, articulares y de la lengua
se logra una máxima funcionalidad y eficiencia masticatoria. La actividad
motriz compleja está basada en reflejos condicionados, los cuales están en
estrecha relación con la oclusión, el periodonto y los músculos masticadores.
-Absorción: La
absorción consiste en el paso a través de la pared intestinal de los
productos obtenidos en la digestión a la sangre o a la linfa. La absorción se
realiza principalmente en el intestino delgado (en el intestino grueso hay
absorción de ciertas sustancias), y es llevada a cabo por las células que
tapizan las vellosidades intestinales. La mayoría de los nutrientes orgánicos
son absorbidos por transporte activo: Aminoácidos, glucosa y galactosa,
fructosa, ácidos grasos, agua, hormonas, colesterol, vitaminas liposolubles.
La
mayoría de las moléculas digeridas de los alimentos, y el agua y los minerales
provenientes de la dieta se absorben a través del intestino delgado. La mucosa
del intestino delgado contiene muchos pliegues cubiertos de proyecciones
diminutas llamadas vellosidades. Éstas sucesivamente están cubiertas de
proyecciones microscópicas llamadas microvellosidades. Estas estructuras crean
una superficie amplia a través de la cual se pueden absorber los nutrientes.
Hay células especializadas que permiten que los materiales absorbidos
atraviesen la mucosa y pasen a la sangre, que los distribuye a otras partes del
cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas.
Esta parte del proceso varía según los diferentes tipos de nutrientes.
Los carbohidratos: Se
recomienda que entre el 45 y 65 por ciento de las calorías diarias provengan de
carbohidratos. Algunos de los alimentos ricos en carbohidratos son el pan, las
papas, los frijoles o guisantes secos, el arroz, la pasta, las frutas y los
vegetales. Muchos de estos alimentos contienen al mismo tiempo fécula y fibra.
Los
carbohidratos digeribles (fécula y azúcar) se descomponen en moléculas más
sencillas por la acción de las enzimas de la saliva, del jugo pancreático y de
la mucosa intestinal. La fécula se digiere en dos etapas: primero, una enzima
de la saliva y del jugo pancreático lo descompone en moléculas de maltosa;
luego una enzima de la mucosa del intestino delgado divide la maltosa en
moléculas de glucosa que pueden absorberse en la sangre. La glucosa va por el
torrente sanguíneo al hígado, en donde se almacena o se utiliza como fuente de
energía para las funciones del cuerpo.
Los
azúcares: se digieren en un solo paso. Una enzima de la mucosa del intestino
delgado digiere la sacarosa, también llamada azúcar común, y la convierte en
glucosa y fructosa, cada una de las cuales puede absorberse en el intestino y
pasar a la sangre. La leche contiene lactosa, otro tipo de azúcar que se
transforma en moléculas fáciles de absorber mediante la acción de otra enzima
que se encuentra en la mucosa intestinal.
La
fibra no se puede digerir y pasa por el tracto digestivo sin ser transformada
por las enzimas. Muchos alimentos contienen fibra soluble e insoluble. La fibra
soluble se disuelve fácilmente en agua y adquiere una textura blanda, como un
gel, en el intestino. La fibra insoluble, por el contrario, pasa por el
intestino casi sin modificación.
Las
proteína: Los alimentos como carne, huevos y frijoles están formados por
moléculas enormes de proteínas que deben ser digeridas por enzimas antes de que
se puedan utilizar para producir y reparar los tejidos del cuerpo. Una enzima
del jugo gástrico comienza la digestión de las proteínas que comemos. El
proceso termina en el intestino delgado. Allí, varias enzimas del jugo
pancreático y de la mucosa intestinal descomponen las enormes moléculas en unas
mucho más pequeñas, llamadas aminoácidos. Éstos pueden absorberse en el
intestino delgado y pasar a la sangre, que los lleva a todas partes del cuerpo
para producir las paredes celulares y otros componentes de las células.
La grasa:
Las moléculas de grasa son una importante fuente de energía para el cuerpo. El
primer paso en la digestión de una grasa como la mantequilla es disolverla en
el contenido acuoso del intestino. Los ácidos biliares producidos por el hígado
disuelven la grasa en gotitas muy pequeñas y permiten que las enzimas
pancreáticas e intestinales descompongan sus grandes moléculas en moléculas más
pequeñas. Algunas de éstas son los ácidos grasos y el colesterol. Los ácidos
biliares se unen a los ácidos grasos y al colesterol y los ayudan a pasar al
interior de las células de la mucosa. En estas células, las moléculas pequeñas
vuelven a formar moléculas grandes, la mayoría de las cuales pasan a los vasos
linfáticos cercanos al intestino. Estos vasos llevan las grasas modificadas a
las venas del tórax y la sangre las transporta hacia los lugares de depósito en
distintas partes del cuerpo.
Las vitaminas: Otra
parte fundamental de los alimentos son las vitaminas, que se absorben en el
intestino delgado. Estas sustancias químicas se agrupan en dos clases, según el
líquido en el que se disuelven: vitaminas hidrosolubles (todas las vitaminas de
complejo B y la vitamina C) y vitaminas liposolubles (las vitaminas A, D E y K).
Las vitaminas liposolubles se almacenan en el hígado y en el tejido adiposo del
cuerpo, mientras que las vitaminas hidrosolubles no se almacenan fácilmente y
su exceso se elimina en la orina.
Agua y sal: La
mayoría del material que se absorbe a través del intestino delgado es agua, en
la que hay sal disuelta. El agua y la sal vienen de los alimentos y líquidos
que consumimos y de los jugos secretados por las glándulas digestivas.
-Transporte:
El transporte activo requiere un gasto de energía para transportar la molécula
de un lado al otro de la membrana, pero el transporte activo es el único que
puede transportar moléculas contra un
gradiente de concentración, al igual que la difusión facilitada el
transporte activo está limitado por el número de proteínas transportadoras
presentes.
Son
de interés dos grandes categorías de transporte activo, primario y secundario.
El transporte activo primario usa energía (generalmente obtenida de la
hidrólisis de ATP), a nivel de la misma proteína de membrana produciendo un
cambio conformacional que resulta en el transporte de una molécula a través de
la proteína..
El transporte activo secundario utiliza
la energía para establecer un gradiente a través de la membrana celular, y
luego utiliza ese gradiente para transportar una molécula de interés contra su
gradiente de concentración.
Este
transporte acoplado en la misma dirección a través de la membrana celular se
denomina cotransporte utiliza este tipo de mecanismo para transportar otros
azucares tales como ribosa y arabinosa, como así también numerosos aminoácidos.
-La
tarea del sistema digestivo es la descomposición física y química de la comida.
Toda la energía que necesita el cuerpo, así como las materias primas para el
crecimiento y la reparación de las estructuras del cuerpo proceden de la comida
y la bebida que ingerimos. En el proceso de digestión encontramos las
siguientes funciones:
·
Prueba de los alimentos
mediante los sentidos del olfato y gusto
·
Trituración de los alimentos
·
Disolución en agua
·
Transporte de los alimentos
triturados
·
Descomposición de los alimentos
en sustancias simples con ayuda de enzimas digestivas
·
Absorción de las sustancias
simples
·
Eliminación de los residuos
no digeribles.
Cavidad
bucal:
La vía de ingreso de todos los alimentos es la cavidad oral. En ella se
realiza la ingesta y fragmentación de los alimentos, así como también su
primera transformación química (al momento de unirse con la saliva).
La boca es el punto de partida de todo el proceso digestivo. Ella
recibe la comida que ingerimos y, con la ayuda de diversas estructuras alojadas
en su interior, se encarga de transformar las sustancias en un bolo (bolo
alimenticio) capaz de continuar su paso por la primera porción del tubo
digestivo. Se caracteriza por tener paredes blandas, además de poseer glándulas
que secretan saliva, líquido que humedece y facilita el avance de la comida.
El
primer movimiento muscular importante ocurre cuando ingerimos alimentos o
líquidos. Aunque el ingerir es parte de un proceso voluntario, en cuanto
empieza se vuelve involuntaria y pasa a estar bajo el control de los nervios.
La boca se divide en dos partes, el vestíbulo de la boca que es el espacio
que queda entre la parte interna de los labios y la cara externa de los
dientes, y la cavidad bucal o boca
propiamente dicha, que va desde la cara interna de los dientes hasta la entrada
de la faringe
El techo de la boca está formado por
el paladar óseo y el paladar blando, que está formado por
músculos y recubierto por mucosas.
En la línea media del paladar blando
se proyecta hacia abajo una pequeña masa llamada úvula o campanilla.
La boca se comunica con la faringe a
través de las fauces, que se
encuentra en la parte posterior de la cavidad bucal.
Bordeando las fauces se encuentran
cuatro pliegues o pilares del paladar
que parten desde la úvula hacia los lados formando dos arcos, entre los cuales
están situadas las amígdalas palatinas.
El suelo de la boca está formado por la lengua, que está formada por una masa
de músculo esquelético.
En su superficie se encuentran unas
papilas que son las papilas gustativas, que se encargan de captar los
diferentes sabores. Los 2/3 anteriores de la lengua están dentro de la boca y
1/3 se encuentra en la faringe. Entre ambas zonas hay una especie de V que está
formada por papilas gustativas más grandes de lo normal.
En la cara inferior de la lengua nos
encontramos con el frenillo lingual, que es un repliegue que une la lengua con
el suelo.Al interior de la boca desembocan los productos de las glándulas
salivares.
Los
Labios:
Son dos estructuras (una superior y otra inferior) conformadas por piel
y músculo, que dan la entrada a la cavidad oral. La piel de los labios está
perfectamente adaptada para recibir ciertos estímulos y proteger al organismo.
Es más delgada, ricamente irrigada e inervada, de manera que capta con mayor
fineza la temperatura y textura de los alimentos.
El movimiento y apertura de los labios están condicionados por una
serie de músculos controlados por el nervio facial. El más importante de ellos
es uno de forma circular, denominada orbicular, que trabaja coordinadamente con
la compleja red muscular del rostro, mandíbulas y parte superior del cuello.
Entre las funciones de los labios están, mediante el cierre de la boca,
impedir la salida de la comida y de los líquidos durante la masticación.
También participan de la vocalización, expresión facial y de la comunicación,
además de ayudar a succionar, besar y silbar.
La Dentadura:
Desde la gestación, a partir del segundo mes, ya comienzan a formarse
los esbozos de nuestros primeros dientes. Sin embargo, estos no serán
definitivos. El ser humano, a lo largo de su vida, posee dos dentaduras, una
temporal y otra permanente.
La primera de ellas, constituida por los llamados: dientes de leche,
comienza a aparecer a partir del sexto u octavo mes de vida. Solo tiene 20
piezas (a esa edad el maxilar es de menor tamaño), que se caracterizan por ser
pequeñas y con una raíz poco profunda. Los dientes de leche emergen desde las
encías de manera ordenada, desde los incisivos centrales hasta los segundos
molares.
Aproximadamente, a partir de los seis años, comienza el cambio o muda
de dientes, con la caída de las piezas temporales y la aparición de los dientes
definitivos.
Las piezas dentales permanentes pueden aparecer hasta los 21 años
(incluyendo a los terceros molares). El primer diente en aparecer es el primer
molar. Luego, en un proceso continuo y relacionado con el crecimiento de la
mandíbula, aparecen las piezas restantes.
Estructura Dental:
Un diente, en su parte interna, está constituido por una serie de capas
que le otorgan mayor estabilidad, flexibilidad y soporte.
Cada diente está formado por una raíz (parte incrustada en el maxilar)
y la corona (porción visible). Esta última está recubierta por el esmalte,
sustancia considerada como la más dura y pesada del cuerpo humano y que está
formada, en su mayoría, por cristales de fosfato de calcio.
Avanzando hacia el interior, en lo que podría considerarse el
"esqueleto" del diente (corresponde a un 40% de la estructura dental)
encontramos la dentina, tejido de color blanco amarillento, que necesita de un
constante suministro sanguíneo para seguir con vida. Una de sus principales
características es que posee elasticidad para amortiguar la fuerza del
mordisco, sirviendo como soporte entre la corona y la mandíbula.
La dentina, a su vez, encierra a la que es la zona más interna del
diente: la pulpa. Esta posee una consistencia similar a un gel, compuesta por
proteínas, carbohidratos y agua y, además, posee una rica red de vasos
sanguíneos y nervios que permiten que los dientes perciban los cambios de
temperatura y el dolor. Todos los dientes poseen la misma composición. Son
estructuras duras, formadas por varias capas y fijadas fuertemente al maxilar.
Pero si abrimos la boca, notaremos que tienen algunas características
particulares.
Los dientes ubicados en la parte anterior de nuestra dentadura que, se
denominan incisivos, poseen un borde filoso con forma de cincel, especialmente
adaptado para trozar la comida. Estos están acompañados a cada lado por los
caninos, dientes que poseen una punta redondeada que sirve para sujetar y
desgarrar.
Al final de la boca se ubican los premolares y molares. Estos son las
piezas dentales de mayor tamaño y tienen dos o cuatro puntas que facilitan la
masticación y trituración de los alimentos, para convertirlos en la masa que
pasará posteriormente al tubo digestivo. Gracias a los dientes podemos masticar
la comida, hasta convertirla en pequeños pedazos. Sin embargo, esta
transformación no es suficiente, ya que la comida necesita de otro componente
para avanzar por el tubo digestivo. Es así como desde las glándulas salivales
se produce una sustancia acuosa conocida como saliva, que produce los primeros
cambios químicos de los alimentos consumidos.
La saliva está compuesta un 99,5% de agua y un 0,5% de electrolitos,
vitaminas, enzimas y material celular. Existen glándulas salivales menores y
mayores. Las primeras (más de 700) están dispersas en la mucosa de la vía
digestiva superior y secretan saliva a través de conductos independientes. El
grupo de las mayores está compuesto por tres pares glandulares: parótida,
sublingual y submandibular.
La glándula parótida es la de mayor tamaño; pesa de 25 a 30 gramos y se
ubica delante de la oreja, en la fosa parótida. Produce una gran cantidad de
saliva (aproximadamente, un 45% del total), la que es excretada por el conducto
parotídeo o de Stenon. La glándula salival sublingual, como su nombre lo
indica, está fijada bajo la lengua y posee cerca de 20 conductos por los que
secreta saliva. El último par lo constituye la glándula submandibular, también
conocida como submaxilar, que está alojada en el fondo de la parte inferior de
la boca.
La Saliva:
La saliva es una secreción compleja proveniente de las
glándulas salivales mayores en el 93% de su volumen y menores en el 7%
restante. El 99% de la saliva es agua mientras que el 1% restante está
constituido por moléculas orgánicas e inorgánicas. Si bien la cantidad de
saliva es importante, también lo es la
calidad de la misma. Se revisará los componentes de la saliva y sus funciones
en el mantenimiento de la salud oral los principales factores causales que
alteran la secreción salival, se comentará la importancia de la saliva en el
desarrollo de la enfermedad de caries y en la formación de la placa bacteriana,
y se analizará su papel como material de ayuda para el diagnóstico de algunas
patologías. Las variaciones en el flujo salival pueden verse afectadas por
múltiples factores fisiológicos y patológicos, de forma reversible o irreversible.
Juega un papel fundamental en el mantenimiento de la integridad de las
estructuras bucales, en la vida de relación, en la digestión y en el control de
infecciones orales. El papel de la saliva en la protección frente a la caries podemos concretarlo en
cuatro aspectos, dilución y eliminación de los azúcares y otros componentes,
capacidad tampón, equilibrio entre la desmineralización y remineralización y
acción antimicrobiana.
La saliva como alternativa para el diagnóstico, de
algunas enfermedades, como elemento para monitorizar la evolución de
determinadas patologías o la dosificación de medicamentos o drogas proporciona
una vía prometedora. La accesibilidad en su obtención y la correlación positiva
entre múltiples parámetros en el suero y en la saliva son algunas de las
ventajas que ofrece como instrumento diagnóstico.
Glándulas
Salivales:
Distinguiremos en el hombre tres pares de glándulas
salivares: las parótidas situadas bajo el oído, las glándulas submaxilares que
se localizan en la mandíbula inferior y las glándulas sublinguales bajo la
lengua. Estas glándulas se encargan de producir saliva en determinados momentos
respondiendo a una diferente gama de estímulos sensoriales: estímulos
gustativos, olfativos e incluso estímulos psíquicos. Según el estado del
individuo la composición de la saliva será variable. Se diferencian dos tipos de células,
las células serosas y las células mucosas. Si realizamos un corte a un alveolo
se observan células en forma prismática con un núcleo basal muy fino. En el
polo apical se aprecia un acumulo de mucus de color blanco. Los acinos serosos
presentan células con núcleos redondos y acumulaciones citoplasmáticas oscuras.
Las células mucosales segregan mucus, mientras que las células serosas segregan
agua, ptialina y otras enzimas y proteínas. Las glándulas pueden ser mixtas,
tienen al mismo tiempo células serosas y mucosas. También se observan unidades
secretoras que presentan los dos tipos celulares. En estos casos las células
serosas se sitúan adosadas a la superficie basal de las células mucosas
formando las medias lunas de Gianuzzi.
La secreción se conduce por las ramificaciones de la glándula para ser
expulsadas al exterior. El epitelio de los conductos es de tipo
monoestratíficado cúbico en las zonas más ramificadas. En las zonas donde ser
recoge una mayor cantidad de secreción el epitelio es pseudoestratificado y en
algunos casos pluriestratificado. Envolviendo la glándula hay una cápsula de
tejido conjuntivo denso. En el interior de la glándula se observan tabiques de
conjuntivo que dividen que dividen al órgano en lobulillos. En este tejido
aparecen vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios. Aparece una zona
determinada de la entrada y salida de los vasos al interior del órgano, es el
hilio. Los vasos circulan por los tabiques hasta encontrarse con los
lobulillos. Las glándulas sublinguales son más pequeñas y no tienen cápsula de
tejido conjuntivo. Las parótidas y submaxilares si poseen cápsula. Las
glándulas submaxilares son seromucosas, aunque las células serosas predominan
sobre las mucosas. Las sublinguales son mucoserosas y las parotidas serosas.
Existe un tercer tipo de célula que se localiza rodeando los acinos mixtos. Son
células de aspecto epitelial presentando una gran cantidad de microfilamento,
son células mioepiteliales. Estos microfilamentos le confieren cierta capacidad
contráctil, de forma que estas células pueden movilizar las secreciones de las
glándulas.
Las glándulas parótidas son las más
grandes. Están situadas delante del CAE (conducto auditivo externo) y por fuera
de la rama ascendente de la mandíbula. El conducto de la glándula que desemboca
en la boca se encuentra en contraposición con la cara externa del 2º molar (por
dentro de la mejilla). La inflamación de estas glándulas da lugar a la
parotiditis o paperas.
Las glándulas submandibulares están
situadas por dentro de la mandíbula cerca del ángulo mandibular. También tiene
conductos que desembocan en el suelo de la boca. Las glándulas sublinguales
están debajo de la lengua a cada lado del frenillo.
El Paladar:
El paladar es una estructura de la glotis que la separa de las fosas nasales:
es una zona de roce cuya interacción lengua-paladar permite articular sonidos.
El
paladar, en la zona de la encía y en el rafe medio del paladar duro presenta
una mucosa sésil, es decir, sin submucosa,
con una lámina propia directamente unida al periostio. El epitelio de la mucosa sésil es plano
pluriestratificado. Si aparece carnificación en el paladar blando hay
patología.
La zona
grasa del paladar duro presenta una submucosa con grasa, en tanto que la zona
glandular presenta pequeñas glándulas salivares menores. El paladar duro se encuentra
ricamente inervado.
El
paladar blando presenta músculo esquelético. El paladar blando está
interpuesto entre boca y fosas nasales. Así, el epitelio que reviste la porción
del paladar blando que da hacia las fosas nasales es igual al que las reviste a
ellas mismas, de tipo prismático pseudoestratificado, en tanto que el epitelio
que da hacia la boca es plano pluriestratificado con probable paraqueratosis.
El paladar blando presenta submucosa. En el paladar blando todas las glándulas
son de tipo mucoso.
El
paladar constituye la pared superior o techo de la cavidad
oral. Está dividido en dos partes, la bóveda palatina o paladar óseo en sus dos tercios anteriores, y el paladar blando o velo del paladar en su tercio posterior. En el centro y
en la parte más posteroinferior del velo del paladar cuelga la úvula.
Después de tragar el alimento, este es conducido a través de las vías
digestivas superiores. Tanto la faringe como el esófago constituyen el primer
tramo del camino recorrido por la comida durante el proceso digestivo. La
faringe es un conducto situado por detrás de las fosas nasales y de la boca, al
interior del cuello. Mide cerca de 12 centímetros y conecta la nariz con la
laringe y la boca con el esófago.
Su interior está recubierto por una mucosa que produce un moco
lubricante. Posee, además, importantes músculo (constrictores y elevadores) que
participan activamente durante la deglución del bolo alimenticio.
A continuación se ubica el esófago, conducto muscular que alcanza los
25 centímetros en una persona adulta y que está encargado del transporte
directo hacia el estómago. Va desde la zona inferior del cuello, baja por el
tórax (por delante de la columna vertebral) y atraviesa el diafragma, para
conectarse con el estómago en el área superior de la cavidad abdominal.
Tanto al comienzo de esta estructura como al final, encontramos unas
verdaderas "llaves de paso", llamadas esfínteres y que se cierran o
abren de acuerdo con la entrada de los alimentos. En la parte superior se sitúa
el esfínter cricoesofágico, mientras que en la porción terminal, exactamente en
la unión con el estómago, se ubica el esfínter esofágico inferior.
La musculatura del esófago está especialmente adaptada para comprimir y
dilatar sus paredes, facilitando el avance de la comida hacia el estómago. Su
apariencia aplanada cambia cuando circula el bolo alimenticio a través de él.
La Faringe:
También
conocida como garganta, en un tubo único que conduce el aire a la laringe y el
alimento al esófago. Se cuentan por lo menos siete conductos que coinciden en
este punto (dos coanas nasales, la conexión posterior con la boca, la laringe,
el esófago, dos trompas de Eustaquio). Esto, a veces, ocasiona problemas, como
atragantarse con los alimentos.
-Forma:
Es un
órgano hueco, en forma de cilindro ensanchado o de embudo abierto para delante
cuyo techo corresponde al occipital.
-Ubicación:
Se
encuentra en la parte anterior del cuello, por encima de la laringe, la tráquea
y el esófago. Detrás de la boca (el paladar blando) y por debajo de la cavidad
nasal. Se extiende de la base del cráneo al borde inferior del cartílago
cricoides, frente a la sexta vértebra cervical, se relaciona hacia arriba con
el cuerpo del esfenoides y la porción basilar del occipital y hacia abajo se
une con el esófago.
-Función
Unir
las vías aéreas superiores con la tráquea
Conectar
la boca con el esófago
Impedir
que el alimento se vaya por las vías respiratorias mediante el cierre de la
epiglotis.
-Anatomía y Componentes
Es un
tubo muscular de unos 13 cm de largo. Está formada por una parte superior
(nasofaringe o rinofaringe), un parte media (orofaringe o bucofaringe) y una
parte inferior (hipofaringe o laringofaringe). La faringe está revestida por
una membrana mucosa compuesta por células que producen moco y tienen cilios que
atrapan las partículas extrañas. Y constituida básicamente por músculos
(constrictores: superior, medio e inferior; y elevadores: estilofaríngeo y
faringopalatino).
La
nasofaringe es la parte posterior de la cavidad nasal, y básicamente un
componente del aparato respiratorio. Se comunica con la bucofaringe por el istmo faríngeo, que se cierra
durante la deglución para evitar que la comida pase a la concha. Es sede de la
amígdala faríngea, una masa de tejido linfoide que cuando se inflama produce
adenoides. Las trompas de Eustaquio se encuentran adheridas a las paredes de la
nasofaringe, aproximadamente a 1 o 1.5 cm. del techo de la misma; son las
encargadas de regular presión de la cavidad timpánica con el exterior. La
bucofaringe se extiende del velo del paladar al borde de la epiglotis, se
comunica con la boca por el istmo bucofaríngeo. Se caracteriza
por estar rodeadas de un anillo de masa linfoidea, las amígdalas. Está unida
por dos músculos al paladar y el espacio que queda entre estos pilares se
denomina fosa amigdalina. El término fauces abarca estos cuatro componentes. La
laringofaringe se extiende del borde superior de la epiglotis al borde inferior
del cartílago cricoides, desde donde se prolonga al esófago. Por delante es la apertura
a la laringe.
La
Laringe:
Cámara
hueca en la que se produce la voz. Es una porción modificada de la tráquea con
tres estrecheces en su interior. Es fácil de observar externamente, ya que es
la llamada manzana, nuez o bocado de Adán (el nombre surge del relato del
Génesis, según el cual al comer Adán de la manzana, un pedazo se le quedó
atascado en la garganta). Sube en la espiración y particularmente durante la
deglución; por el contrario, baja en la inspiración y mucho más en la succión o
al bostezar.
-Forma
Es un
tubo corto formado por esqueleto cartilaginoso, unido por tejido fibroso y
ligamentos, con una serie de músculos, casi todos simétricos, vinculados con la
fonación. El tamaño varía con la especie animal y su función. En el caso del
humano, la laringe del hombre es un tercio más larga que la de la mujer.
-Ubicación
En
mamíferos y anfibios se encuentra en la parte frontal o superior de la tráquea.
En los mamíferos une la porción inferior de la faringe con la tráquea y ocupa
una posición frontal o ventral en relación con el esófago, por detrás de la
piel y el tejido conectivo de la garganta. La laringe está sujeta por medio de
ligamentos al hueso hioides, situado en la base de la lengua.
-Funciones
Permitir
que el aire entre a los pulmones
Producción
de sonidos. Fonación y palabra
Durante
la deglución, la laringe sube y comprime la epiglotis y la raíz de la lengua, y
de este modo se evita que el alimento penetre en las vías respiratorias.
-Anatomía y Componentes
El
bastidor esquelético de la laringe es un conjunto de tres grandes estructuras cartilaginosas:
epiglotis, cartílago tiroides y cartílago cricoides y varios pares de pequeños
cartílagos, los más importantes de ellos son los llamados aritenoides. Su cara
interior se halla tapizada por una mucosa de epitelio cilíndrico ciliado con
glándulas mucosas que y se estratifica en el borde libre de las cuerdas vocales
verdaderas. La secreción de estas glándulas es permanente y funciona como
lubricante de las cuerdas vocales.
La
epiglotis es un cartílago ancho situado por delante del tiroides que se
extiende hasta la parte superior de éste. Bascula sobre la apertura de la
faringe hacia el interior de la laringe.
Justo
por debajo de la epiglotis se encuentra el cartílago tiroides angular, formado
por dos placas verticales que se unen en la parte delantera del cuello formando
un ángulo diedro. La unión de estas placas forma la proyección llamada nuez de
Adán. La inserción de la parte anterior de las cuerdas vocales se realiza en
esta unión. Se une mediante membranas y ligamentos, abajo con el anillo
cricoides y arriba con el hueso hioides, así resulta el sostén de la laringe.
Las
porciones posteriores del cartílago tiroides abrazan el cartílago circular
cricoides, que mantiene la laringe siempre abierta. Es el ubicado en la parte
más baja de la laringe y se considera una modificación de la tráquea. Sobre el
borde superior se articulan dos cartílagos aritenoides, de forma piramidal. Se
pueden alejar o acercar entre sí y rotar sobre un eje vertical. Tienen dos
apófisis, una para la inserción de la cuerda vocal verdadera y otra muscular.
La
laringe humana tiene dos pares de cuerdas vocales formadas por tejido conectivo
elástico cubierto por pliegues de membrana mucosa.
Las dos
cuerdas vocales verdaderas se conocen con el nombre de glotis. Nacen en el ángulo
agudo del cartílago tiroides y se dirigen horizontalmente hacia atrás, para
terminar en la apófisis vocal del cartílago aritenoides respectivo. De vista
frontal son triangulares con una superficie superior plana y una inferior
cóncava y se enfrentan por sus bordes libres. En su interior poseen un
ligamento y los haces internos del músculo tiroaritenoideo. Los bordes libres
forman un ángulo agudo hacia atrás, la parte anterior se llama glotis vocal o
ligamentosa y mide 18 mm de largo en los hombres y 13 mm en la mujer. La parte
posterior se denomina glotis cartilaginosa y mide de 7 a 8 mm.
Por
encima se encuentran las cuerdas vocales falsas que se extienden desde la
epiglotis hasta el ángulo del cartílago tiroides; estas cuerdas estrechan la
glotis (la apertura faríngea de la laringe) durante la deglución. Limitan
también, junto con las paredes de la laringe los ventrículos laterales de
Morgagni (sacos de aire que se inyectan en los pulmones en caso de necesidad y
sirven como caja de resonancia para la voz). La mucosa aquí es adenoidea y se
infiltra líquido con facilidad. En casos patológicos esto puede causar asfixia.
Todos
los músculos son pares, excepto el ariaritenoideo. Fisiológicamente todos
tienen que ver con el movimiento de las cuerdas vocales.
Para
los movimientos de abducción o separación de las cuerdas o dilatación de las
glotis están los cricoaritenoideos posteriores que hacen rotar a los
aritenoides alrededor de un eje vertical.
Para
los movimientos de aducción o de acercamiento de las cuerdas vocales o de
constricción de la glotis existen tres grupos: los cricoaritenoideos laterales
(rotación de los aritenoides), el ariaritenoideo (deslizamiento de los mismos
cartílagos hacia la línea media) y los tiroaritenoideos (que rotan los
aritenoides y completan el cierre de la glotis).
Para
aumentar la tensión y los movimientos intrínsecos de las cuerdas están los
cricotiroideos (al bascular el cartílago tiroides mueven su cara anterior hacia
arribas y adelante y separan los puntos de inserción) y los tiroaritenoideos
(que corren por el interior de las cuerdas; es llamado el músculo vocal porque
al estar dentro de la cuerda, de la tiroides a la aritenoides, afila el borde,
disminuye la superficie de contacto o crea muescas que alteran la forma de la
glotis y en consecuencia su cierre; es el músculo de respuesta más rápida del
organismo que se conoce)
La
laringe recibe sangre de las arterias laríngeas superiores y ramas de las
arterias tiroideas superior e inferior. Las venas acompañan a las arterias y
los vasos linfáticos desembocan en nódulos cervicales profundos.
La
laringe se puede explorar gracias al laringoscopio, que básicamente es dirigir
un haz de luz hacia la laringe para poder observar las estructuras con la ayuda
de un espejo o una cámara de vídeo.
En la
forma hablada del lenguaje se utiliza la voz producida durante la espiración por la
estrecha colaboración de los aparatos respiratorio y digestivo. Ésta
experimenta modificaciones en la boca y faringe que origina una serie de
sonidos elementales o fonemas (vocales o consonantes) que al combinarse crean
las palabras. La formación mecánica de la voz consta de: una fuerza motora que
pone en función el mecanismo (los pulmones y la tráquea), una parte vibrante
(la laringe y las cuerdas vocales), y un resonador para reforzar las
vibraciones (laringe, faringe y boca).
La voz
se produce por acción del soplo expiatorio al pasar por la glotis laríngea.
Inmediatamente antes de hablar la glotis se cierra por acercamiento de las
cuerdas vocales. Los pulmones y la caja torácica se contraen y envían el aire
hasta que la glotis se abre y se produce la voz. Esto se denomina posición de fonación, se cierra
la glotis, aumenta la presión intratraqueal, los músculos se encargan de
contraer, separar y ubicar a las cuerdas bucales en posición, hasta que sale el
aire y con las vibraciones de los bordes libres, el sonido. La intensidad
(sonido fuerte o débil) es directamente proporcional a la vibración de las
cuerdas, que a su vez vibran más cuando existe mayor presión (mayor emisión de
aire de los pulmones). Ésta se mide en decibeles, una conversación corriente
oscila entre los 40 y 50 db.
La
laringe constituye la parte vibrante que produce el sonido de la voz. La
vibración que en el par de cuerdas vocales verdaderas provoca el aire
procedente de los pulmones determina la formación de sonidos que amplifica la
naturaleza resonante de la laringe. La corriente expiatoria se presenta en
forma intermitente y provoca remolinos en las cavidades supraglóticas. Dos
teorías pretenden explicar el paso del aire a través de las cuerdas vocales
para la formación del sonido, la mioelástica que dice que todo depende de la
cantidad de aire que pase y la neurocronáxica, que involucra al
sonido como respuesta a una serie de rápidos e intensos impulsos nerviosos.
Ambas fueron propuestas por Husson.
El tono
(altura: grave o agudo) del sonido depende del número de vibraciones por
segundo. Se controla de forma voluntaria por medio de músculos que giran los
cartílagos aritenoides hacia el centro del cuerpo (relajando y alargando las
cuerdas) para emitir tonos bajos y hacia los lados (acortando y tensando las
cuerdas) para los altos. La magnitud del ángulo formado por las placas del
cartílago tiroides determina la gravedad de la voz. Los tonos graves tienen una
apertura mayor de la glotis que los agudos. Durante la pubertad, este ángulo
disminuye en los varones y, al reducir la tensión de las cuerdas vocales, hace
que la voz sea más grave; en casi todas las mujeres aumenta y acentúa la
tensión de las cuerdas, haciendo que el tono sea una octava más aguda.
El Estomago
El
estómago, órgano principal de la digestión, y la parte más
grande del aparato digestivo, tiene la forma
de un saco elástico que puede aumentar o disminuir su tamaño según la cantidad
de alimento que contenga.
Este órgano
posee dos aberturas: una que comunica con el esófago, por donde entran los
alimentos, que se llama cordias, y otra de salida que los
conduce a los intestinos, una vez digeridos, que se llama píloro.
Las paredes
del estómago están formadas por varias capas. Una de ellas es muy musculosa,
sirviendo sus contracciones para amasar el bolo alimenticio cuando se halla en el estómago,
completando la acción mecánica y facilitando así su mezcla con los jugos digestivos. La membrana
interior es una membrana mucosa que, examinada a través de una lupa, presenta
unos hoyitos, en el fondo de los cuales aparece un punto oscuro.
Este punto
es la abertura de las glándulas gástricas, que segregan un líquido
digestivo, claro y ácido, llamado jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico y
las enzimas pepsina, gastrina y lipasa que ayudan a digerir los hidratos de
carbono, las proteínas y las grasas del alimento. Específicamente, la pepsina,
secretada por las glándulas gástricas, fracciona las proteínas en fragmentos
más pequeños.
Los tejidos del
estómago incluyen una cubierta externa fibrosa que deriva del peritoneo y,
debajo de esta, una capa de fibras musculares lisas dispuestas en estratos
diagonales, longitudinales y circulares. En la unión del esófago y el estómago,
la capa muscular circular está mucho más desarrollada y forma un esfínter, el cardias. La
contracción de este músculo impide el paso de contenido esofágico hacia el
estómago y la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. En la
unión del píloro y el duodeno existe una estructura similar, el esfínter
pilórico.
La submucosa es otra capa del estómago, formada por tejido conjuntivo
laxo, en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos, linfáticos y
terminaciones nerviosas del sistema nervioso vegetativo. La capa más interna,
la mucosa, contiene células secretoras, algunas de las cuales producen ácido
clorhídrico, que no solo neutraliza la reacción alcalina de la saliva, sino que
proporciona un carácter ácido al contenido gástrico y activa los jugos
digestivos del estómago.
Las enzimas que se
encuentran en el jugo gástrico son la pepsina,
que en presencia de ácido fragmenta las proteínas en peptonas; la renina, que coagula la leche, y la lipasa, que rompe las grasas en ácidos grasos
y glicerol. Un tercer tipo de células producen mucosidades para proteger al
estómago de sus propias secreciones. Cuando un trastorno psicosomático o
patológico impide la secreción adecuada de mucosidad, la mucosa gástrica se
erosiona y se forma una úlcera.
Después que el bolo alimenticio pasa desde el esófago
hacia el estómago, el nervio vago estimula la segregación de los jugos
gástricos en el estómago. Cuando estos se combinan con el alimento, se forma
una sustancia semilíquida llamada quimo, que estimula las paredes estomacales, facilitando
el peristaltismo (contracciones musculares que permiten el avance de los
alimentos). Una vez culminado este proceso, el quimo está preparado para
continuar su viaje y trasladarse hacia el intestino delgado
La penetración en el
estómago de productos alimenticios digeridos en parte, estimula la secreción de jugo gástrico.
Los alimentos inducen la formación -en el extremo pilórico del estómago- de una
hormona llamada gastrina,
que cuando se absorbe estimula las glándulas secretoras. Este estímulo también
se puede presentar por la simple visión u olor de la comida, lo que se denomina
estimulación refleja o cefálica.
La porción cardíaca del estómago almacena la comida ingerida y las
ondas de contracción -que pueden ocurrir a una frecuencia de tres por minuto-
maceran y mezclan por completo el alimento con el jugo gástrico.
El alimento pasa periódicamente desde el estómago hacia el duodeno,
proceso generado por la contracción de los músculos de la pared del estómago.
Estos músculos están inervados por el nervio vago, que estimula la contracción
de la musculatura gástrica y permite la apertura del esfínter situado entre el
estómago y el duodeno, llamado píloro.
La capa
serosa, constituida por tejido conectivo laxo tapizado por una capa epitelial
llamada mesotelio, envuelve al estómago en toda su extensión,
expandiéndose en sus curvaturas para formar el omento menor, el omento mayor y
el ligamiento gastrofrénico. El estómago está controlado por el sistema nervioso autónomo, siendo
el nervio vago el principal componente del sistema nervioso parasimpático. La acidez del estómago está
controlada por tres moléculas que son la acetilcolina, la histamina y la gastrina.
Después que el bolo alimenticio pasa desde el
esófago hacia el estómago, el nervio vago estimula la segregación de los jugos
gástricos en el estómago. Cuando estos se combinan con el alimento, se forma
una sustancia semilíquida llamada quimo, que estimula las paredes estomacales,
facilitando el peristaltismo (contracciones musculares que permiten el avance
de los alimentos). Una vez culminado este proceso, el quimo está preparado para
continuar su viaje y trasladarse hacia el intestino delgado.
El estómago tiene varias partes:
1.
El Cardias: es un esfínter* que
comunica el esófago con el estómago y que regula la entrada de alimentos e
impide que haya reflujo en su normal funcionamiento. (que la comida vuelva
atrás).
*esfínter:
anillo de fibras musculares circulares que se disponen alrededor de un orificio
2.
El Fundus es la porción superior del
estómago. Es donde se produce la acumulación de los gases, que se puede
apreciar en una radiografía de abdomen en bipedestación (de pie). El signo
radiológico se conoce como cámara de gases.
3.
El cuerpo es la parte que ocupa la
mayor parte del estómago.
4.
El antro es una zona de estrechamiento
que sirve de antesala al píloro.
5.
El píloro o esfínter pilórico une el final del estómago con la 1ª porción
del intestino delgado, el duodeno.
El estómago presenta dos curvaturas,
una mayor dirigida hacia la izquierda y otra menor dirigida hacia la derecha.
El
Intestino Delgado:
Es un
conducto músculo-membranoso que se extiende desde el estómago hasta el
intestino grueso. Mide de 6 a 8 m de longitud. En el se llevan a cabo dos funciones principales: digestión de alimentos y
absorción de sustancias nutritivas que pasan a los vasos sanguíneos linfáticos.
El
intestino delgado se divide en dos partes: duodeno y yeyuno
íleon. La primera comunica
con el estomago a través del piloso y la segunda con el intestino grueso
mediante la válvula ileocecal.
El
duodeno esta situado en el epigastrio y tiene forma de anillo abierto o de
letra “C “, en cuya concavidad se encuentra la cabeza del páncreas. Mide
aproximadamente 25 cm. de longitud y en el se distinguen cuatro porciones: horizontal,
vertical descendente, horizontal y una ascendente
En el
interior de la porción descendente existen dos eminencias:
·
Una eminencia mayor o carúncula
mayor, que corresponde a la ampolla de Vater, donde desemboca el conducto
colédoco, que es la ultima
porción de las vías biliares y el conducto pancreático principal.
·
Una eminencia menor o carúncula
menor, donde desemboca el conducto pancreático accesorio.
Por lo
tanto en la segunda porción del duodeno se vierte la bilis procedente del
hígado y el jugo pancreático procedente del páncreas.
Todo el
interior del intestino delgado se halla recubierto por la mucosa intestinal.
Esta presenta una serie de formaciones que son: válvulas
conniventes, vellosidades intestinales y micro vellosidades; todas ellas tienen como finalidad
aumentar la superficie de absorción de la mucosa.
Las
válvulas conniventes son pliegues transversales de la mucosa que sobresale en
la cavidad intestinal: su altura es de 6 a 8 Mm. y están separadas entre si por
una distancia casi igual. Está constituida por dos hojas de mucosa muy próximas
y en medio de ellas una capa de tejido conjuntivo procedente de la túnica
submucosa. El tejido conjuntivo esta recorrido por vasos y nervios destinados a
la válvula.
Las
vellosidades intestinales son unas prolongaciones digitiformes que se
encuentran tanto en las válvulas convenientes como en el resto de la mucosa
intestinal. Miden aproximadamente 1 mm de longitud. Al ser muy numerosa y al
estar próximas entre si le confieren a la mucosa un aspecto aterciopelado.
Las
vellosidades presentan una capa periférica formada por un epitelio que es igual
al resto del a mucosa intestinal; se halla esencialmente constituido por dos
tipos de células: las cilíndricas que son responsables de la
absorción, y las células caliciformes, que secretan un mucus que se
deposita sobre la mucosa intestinal y la protege. Las células cilíndricas
presentan en su superficie una serie de pequeñas prolongaciones que constituyen
un ribete en forma de cepillo y son las denominadas micro vellosidades; estas
miden aproximadamente 1 mm. de longitud. La parte central de la vellosidad
contiene vasos sanguíneos y un vaso linfático; también presenta fibras musculares
lisas que son las responsables de los movimientos de las vellosidades.
El
Intestino Grueso:
Es la
última porción del tubo digestivo; esta a continuación del intestino delgado y
separado de el por la válvula
ileocecal. El intestino grueso termina abriéndose al exterior por medio
de un orificio que es el ano. Su longitud esta comprendida
entre 1,4 y 1,8 m; el calibre varia a lo largo de su extensión, pero es
superior a la del intestino delgado.
Una de
sus funciones más importantes es la absorción de agua. El material no digerible
que le llega al intestino delgado se encuentra en estado líquido; gracias a la
absorción de agua que se produce a este nivel del tracto digestivo las heces
adquieren la consistencia semisólida que les caracteriza. El intestino grueso
también se encarga del transporte y posterior evacuación del material fecal.
En el
interior del intestino grueso viven numerosas bacterias que en conjunto reciben
el nombre de flora bacteriana intestinal; una de sus funciones es la
síntesis de vitamina k.
El
intestino grueso está dividido en tres partes:
El ciego: es la porción inicial del intestino grueso; tiene forma de fondo de
saco y se encuentra alojado en la fosa iliaca derecha. Se comunica con el
yeyuno íleon por medio de la válvula ileocecal; ésta permite el paso de
sustancias que van del intestino delgado al grueso e impiden el reflujo de las
mismas desde el intestino grueso al delgado.
El colón es la porción media del intestino
grueso; se extiende desde el ciego hasta el recto. Está dividido en las
siguientes partes:
o Colon ascendente: éste desde la fosa ilíaca derecha, se dirige hacia arriba por el lado
derecho del abdomen, hasta alcanzar la cara inferior del hígado.
o Colon transverso: se extiende transversalmente desde el extremo superior del colon
ascendente hasta la parte inferior del bazo. Por lo tanto atraviesa de derecha
a izquierda la parte superior del abdomen.
o Colon descendente: éste desde el colon transverso, se dirige por hacia abajo por el lado
izquierdo del abdomen hasta legar a la pelvis.
o Colon sigmoideo o pélvico: tiene forma de “s “está localizado en la fosa iliaca izquierda y se
extiende desde el colon descendente hasta el recto.
El recto: está situado
a continuación del colón sigmoideo y es el ultimo segmento del intestino
grueso. Presenta una primera porción dilatada, la ampolla
rectal y a continuación se
encuentra una segunda porción estrecha, el conducto anal, que desemboca en la
región perineal por medio de un orificio el ano, este
presenta dos esfínteres:
o Esfínter anal interno: está constituido por fibras musculares lisas y es de contracción
involuntaria.
o Esfínter anal externo: sus fibras musculares son estriadas y es de contracción voluntaria.
El Páncreas:
Mide 15 cm. de longitud y pesa 90 gramos. Es
de color rosa, amarillento, y de consistencia granulosa. Se dispone
transversalmente de derecha a izquierda, pegado a la pared abdominal posterior,
por detrás del estómago. Se compone de cuatro porciones: la cabeza rodeada por
el duodeno, que tiene la forma de un cuadrilátero (6 cm. de alto, 4 cm. de
ancho, 2 a 3 cm. de espesor) y continua con el istmo, o cuello del páncreas,
que une la cabeza con el cuerpo del órgano; la cola, situada detrás del
estómago, va afilándose y acaba cerca del bazo.
El páncreas tiene dos funciones principales, la función exocrina
y la función endocrina. Las células exocrinas del páncreas producen enzimas que
ayudan a la
digestión.
Cuando los alimentos ingresan al estómago, las glándulas exocrinas liberan
enzimas dentro de un sistema de conductos que llegan al conducto pancreático
principal. El conducto pancreático libera las enzimas en la primera parte del
intestino delgado (duodeno), donde las enzimas ayudan en la digestión de las
grasas, los carbohidratos y las proteínas de los alimentos.
Está
compuesta por un conjunto de enzimas que se liberan en el intestino para ayudar
en la digestión: es el jugo pancreático. El páncreas
presenta la estructura de una glándula serosa. Secreta al día de ½ a 1½ litros
de jugo pancreático que recorre el conducto pancreático, vaciándose en el duodeno.
La glándula pancreática exocrina tiene un aspecto ramificado que permite la
subdivisión en lóbulos, a su vez formados de ácinos secretores más pequeños.
Cada ácino pancreático está constituido por una fila de células acinares
secretoras de jugo pancreático, más bien altas y dispuestas circularmente. De
estos ácinos parten conductos excretores de muy reducidas dimensiones que
desembocan en otros mayores hasta llegar al conducto
principal o de Wirsung. El conducto de Wirsung tiene su origen en la cola del
páncreas, recorre el cuerpo y recibe sus vasos colectores (que recogen el jugo
pancreático para conducirlo al duodeno), atraviesa la cabeza y se introduce en
la pared posterior del duodeno uniéndose al colédoco. En la unión del conducto
principal con el duodeno encontramos el esfínter de Oddi, que controla el paso
de los jugos pancreáticos y de la bilis hacia el duodeno. Existe otro conducto
importante, el conducto accesorio
o de Santorini. Este conducto discurre únicamente por la parte superior de la cabeza
del páncreas y alcanza el duodeno un poco por encima del conducto de Wirsung
formando la papila accesoria. Su función es recoger el jugo pancreático
segregado por las células de la parte superior de la cabeza del páncreas.
La segunda función del páncreas es la función endocrina, la que
envuelve la producción de hormonas o sustancias que se producen en una parte
del organismo y que circulan en el torrente sanguíneo para influir en otra
parte distinta del organismo. Las dos hormonas pancreáticas principales son la
insulina y el glucagón. Las células del
islote de Langerhans dentro del páncreas producen y secretan insulina y
glucagón al torrente sanguíneo. La insulina sirve para bajar el nivel de
glucosa en la sangre (glucemia) mientras que el glucagón lo aumenta. Juntas,
estas dos hormonas principales trabajan para mantener el nivel adecuado de
glucosa en la sangre. La insulina, es
fundamental en el metabolismo de glúcidos en el organismo. La insulina se
produce en el páncreas en grupos pequeños de células especializadas, cuando
estas células no producen insulina suficiente se origina la diabetes
El
páncreas endocrino está formado por acumulaciones de células dispuestas
desordenadamente en la cabeza, el cuerpo y la cola, los islotes de Langerhans o pancreáticos.
Se pueden contabilizar entre 0,5 y 1,5 millones de islotes pero no se
distribuyen uniformemente, son más numerosos en el cuerpo y en la cola que en
la cabeza. Estos islotes son denominados porción endocrina debido a que tienen
la capacidad de introducir directamente en la sangre su secreción. Esta
capacidad se debe a que están ricamente irrigados y atravesados por un sistema
de vasos. La sangre que sale de los islotes va a mezclarse con la intestinal a
través de la vena porta.
En los
islotes distinguimos distintos tipos de células: alfa, beta y delta que tienen
diversas funciones.
Beta:
Estas células representan el 80% de las células totales en los islotes y
fabrican insulina, hormona que permite el paso de la glucosa de la sangre al
interior de la célula, estimula la formación de glucógeno* en el hígado
(glucogenogénesis) e impide la glucogenolisis*. De igual modo actúa sobre los
aminoácidos que ingresan en nuestro organismo: de una parte, facilitando su
utilización por las células y, de otra, favoreciendo en el hígado su
transformación en glucosa. De una forma similar, la insulina actúa también
sobre las grasas, sea favoreciendo su utilización por las células, sea
transformando los ácidos grasos en glucosa para su almacenamiento. Las células
beta predominan en el centro del islote.
Alfa: Estas células representan el 20% del total de las células en los
islotes y predominan en su periferia. Estas células secretan una hormona
responsable del aumento de la glucemia, el glucagón. La secreción de esta hormona
es estimulada por la ingesta de proteínas, el ejercicio y la hipoglucemia
mientras que la ingesta de hidratos de carbono, la somatostatina y la
hiperglucemia la inhiben. El glucagón aumenta la glucemia porque estimula la
formación de glucosa en el hígado a partir del glucógeno hepático. Por esta
razón decimos que el glucagón es una hormona antagónica a la insulina.
Delta: Estas células, que aparecen en muy poca proporción, son muy
desconocidas y no se sabe cuál es su función pero se ha comprobado que contienen
somatostatina, la cual inhibe la liberación de insulina y otras hormonas.
La Vesícula Biliar:
Órgano
muscular que almacena la bilis, presente en la mayoría de los vertebrados. En
el ser humano es un saco membranoso con forma de pera situado bajo la
superficie del lóbulo derecho del hígado, justo detrás de las costillas
inferiores. Tiene una longitud de 7,5 cm y un diámetro de 2,5 cm en su parte
más ancha. Su capacidad varía de 30 a 45 mm.
La
función de la vesícula es almacenar la bilis segregada por el hígado y que
alcanza la vesícula a través de los conductos
hepáticos y císticos, hasta ser requerida por el proceso de la digestión.
Cuando funciona con normalidad, la vesícula vacía su contenido a través del
conducto biliar en el duodeno para facilitar la digestión, favorece los
movimientos intestinales y la absorción, evita la putrefacción y emulsiona las
grasas.
Catalogada como una estructura de almacenamiento, la vesícula biliar es
un pequeño saco hueco con forma de pera, de unos ocho centímetros de largo y
tres de ancho.
Está ubicada en la parte derecha del abdomen, debajo del hígado y la
forman, desde adentro hacia afuera, capas de tejido fibroso, músculos (que se
contraen para expulsar la bilis) y una membrana mucosa de revestimiento. En
ella se alberga de manera temporal y continua la bilis y por esta razón se
encuentra conectada directamente con el hígado, a través de los conductos
biliares.
La vesícula biliar posee, además, importantes conductos, por los cuales
vierte su contenido hacia la primera porción del intestino delgado. Entre ellos
está el conducto cístico, que sale desde la vesícula biliar y se conecta al
duodeno por el colédoco. Este último es un tubo de, aproximadamente, 10
milímetros, que posee una válvula que abre y cierra el paso del contenido
biliar, llamado esfínter de Oddi.
El Hígado
El hígado es el órgano más grande del
organismo, pesa más de dos kilos. Esta situado debajo del diafragma en la parte
superior derecha de la cavidad abdominal y sobrepasando la línea media,
colocándose en este extremo por delante del estómago. En condiciones normales
no debe sobrepasar el reborde costal. (En caso de patologías se puede palpar
por debajo del reborde costal).
El hígado se divide en cuatro
lóbulos. El lóbulo derecho es el más grande. La prolongación
del hígado hacia la izquierda es el lóbulo
izquierdo. Los otros dos lóbulos están en la cara inferior y se llaman lóbulo cuadrado, antero inferior, y lóbulo caudado, postero inferior.
La cara supero anterior o
diafragmática tiene una superficie lisa que se
acopla perfectamente al diafragma.
En la cara inferior se puede ver el hilio hepático entre los cuatro lóbulos,
por donde entran y salen todas las estructuras: vena
porta, vías biliares. Entre el lóbulo cuadrado y el lóbulo derecho
queda encajada la vesícula biliar que es una estructura
con forma de saco que sirve de reservorio para el almacenaje de la bilis
formada en el hígado, sobresaliendo un poco por el borde anterior del hígado.
En la cara posterior tenemos la vena
cava inferior, a donde van a desembocar las venas hepáticas. En la parte
superior de esta cara tenemos el hilio
suprahepático o superior, por
donde salen las venas hepáticas para desembocar en la vena cava inferior.
El hígado lo forman unas unidades
anatómicas pequeñas de forma hexagonal que se llaman lobulillos hepáticos. En el centro de cada uno está la vena central del lobulillo, que va a
desembocar en las venas hepáticas. Los lobulillos están formados por un
conjunto de células hepatocitos
que se disponen alrededor de la vena central. En cada esquina del hexágono hay
un conjunto de estructuras que son ramas de la arteria hepática, de la vena
porta y de los conductos biliares.
La sangre que llega de la arteria hepática oxigena las células
hepáticas. La sangre que llega de la vena
porta es metabolizada por el hígado para eliminar las toxinas. Ambas
sangres se dirigen entre los hepatocitos por los sinusoides hepáticos (canalitos) hasta llegar a la vena
central.
Los canalículos
biliares son unos conductos finitos que recogen la bilis segregada por los hepatocitos. Los
canalículos se van uniendo hasta formar los conductos biliares derecho e izquierdo
que llevarán la bilis hasta el conducto
hepático continuándose con el conducto
cístico de la vesícula y desembocando finalmente en la vesícula biliar donde queda almacenada.
En el momento de la digestión, la
bilis sales de la vesícula a través del conducto cístico que al unirse con el
conducto hepático originan el conducto
colédoco, por donde se dirige hasta desembocar en el duodeno, en la ampolla de Váter.
El Peritoneo:
Es una membrana serosa dispuesta como
un saco de doble pared que recubre gran parte de las vísceras abdominales total
o parcialmente (dentro del globo varias vísceras).
Las vísceras que se encuentran
recubiertas por el peritoneo se llaman vísceras
intraperitoneales. Son el
estómago, el hígado, parte del intestino...
Otras vísceras quedan por detrás del
peritoneo denominándose retroperitoneales,
no están totalmente recubiertas por esta membrana. Son los riñones, el páncreas...
Algunas vísceras se quedan por debajo
del peritoneo, en la cavidad pélvica. Son las vísceras subperitoneales.
La hoja externa o parietal tapiza el
diafragma y las paredes del abdomen. La hoja interna o visceral está en íntimo
contacto con las vísceras. Entre ambas encontramos una cavidad virtual que se
llama cavidad peritoneal (igual
que la cavidad pleural), en cuyo interior hay una cantidad de líquido peritoneal para facilitar el
movimiento de las vísceras. Una inflamación del peritoneo o peritonitis puede
desencadenar en la muerte.
El Bazo:
Es un pequeño órgano situado por
debajo del diafragma izquierdo, detrás del estómago, por delante del riñón
izquierdo, por encima del colon descendente, del reborde costal hacia arriba.
El bazo está relacionado con la cola del páncreas.
Está cubierto por la parrilla costal
izquierda, que le proporciona una protección importante. En su interior tiene
mucha sangre y se encarga de producir linfocitos, eliminar eritrocitos, etc. En
su interior se destruyen los hematíes viejos (glóbulos rojos).
Al ser un órgano pequeño presenta
gran facilidad para romperse en caso de fracturas costales, dando lugar a
hemorragias graves, siendo la única solución quitar el bazo (esplenectomía).
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